¿Qué esperás? mostrame todas las cartas, a cara de perro yo no sé jugar. Me endulzás el ego siendo sincero, dale un poco y te va a pedir más. Lo sabés, no hay arma más seductora, que contestar siempre la verdad. Siempre estás del otro lado del muro, de los lamentos que me contás.
No sé hablar sin decir malas palabras, amantes, mentiras, infidelidad. Nunca más te vendo gato por liebre, por no ser cruel pierdo honestidad. No es el fin, el problema son los medios, no es algo que yo pueda respetar. No está mal que terminen las historias (mientras haya historias que contar). Ya no esperarás mas de la cuenta y siempre serás el que yo soñé, y yo seguiré pensando que es peor amar y envejecer.
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