Una clase completamente normal, en la que intenté poner la mejor onda que en mi organismo habita, ya que debía levantar la nota de esa hermosa materia. Terminó la clase, fui al baño con una amiga y nos fumamos un pucho cada una (sí, soy de fumar mucho).
Entré luego a otra clase, en la que debatimos sobre una película y sobre la gente que habla sin saber.
Salí de nuevo al patio, me propuse entender algo de inglés, con la ayuda de una confiable amiga. Dicha acción no fue posible, ya que tuve una pequeña discución (más bien monólogo) con una persona. Entré de nuevo al salón, terminé la prueba (con muchas ayudas de mi compañera) y terminó la clase... luego de un lapso de tiempo. Comenzó otra materia a ser explicada, o mejor dicho entregar resultado de una evaluación. No me fue bien, pero eso poco me importaba.
Salí del cole, me fumé otro pucho y fuimos al kiosco con las pibas (amigas).
No pasó nada especial, no sentía ni dolor ni felicidad.
Eso es lo que más me intrigó, la sensación de volver a tener 5 años, y no tener problemas.
Tomé otro bondi, estando en él, no pensaba en nada más que en llegar a casa y tomar un café hecho por mi misma.
Llegué a casa y no había nadie, no me importo en lo absoluto, y vine directo a escribir esta sensación extraña que en mi habita hasta este momento.
Amo estar así, pero me intriga un poco. Y bueno, esperemos dos minutos más hasta que mi vieja me empieze a romper las pelotas, y ya tendré una sensación de bronca, y así, luego de estudiar, terminaré mi día. Sin pensar en nada. Sin sentir nada.
Que hermoso día, el día de hoy.
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