A veces, me harto de mí misma.
Me aburro, me encierro literalmente,
y nada me da ganas de cambiar mi realidad.
Algunas cosas, a veces, sí me reviven
pero la mayoría del tiempo vivo como dormida.
¿Y si al final nada tiene sentido?
¿por qué nada me hace sentir viva?
¿son, en realidad, las marcas de mi pasado?
¿o en el fondo sigo siendo aquella niña
intentando escapar de la realidad?
sin escuchar a la gente, interactuando lo menos posible.
A veces, hay que soltar esa atadura a los errores del pasado.
Pero hace poco, me dí cuenta que yo misma los he cometido
con el propósito de alejarme de (casi) todos.
Fue elegir el camino del hermitáneo.
Sin razón aparente en este momento.
Aunque como me pasa siempre,
con el tiempo comprendo el motivo de cada acción.
No sé si soy especial como decía la vidente.
Lo que sí sé es que soy diferente.
No sé si hay alguna rutina o realidad
que me haga sentir viva.
No sé que hacer de mi vida.
Tengo más dudas que certezas.
Mas preguntas que respuestas.
Y si mi amor. Sigo igual.
Sigo escribiendo en base a lo mismo.
Me re-leo y es siempre igual.
Esa sensación no cambió, no cambia, no sé si cambiará.
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